Entrenar la fortaleza mental y emocional
Las personas con fortaleza mental y emocional no tienen una vida a favor. Lo que tienen a favor es la capacidad de afrontar la situación con recursos que les permiten buscar soluciones, aceptar y mantener la calma.
La vida nos hace continuos regalos, pero no siempre estamos abiertos, enfocados o receptivos para encontrarlos y darles valor. Nuestro estado de ánimo, la inseguridad o la idea de no merecerlo, a veces nos lleva a pasar de puntillas en lugar de abrazarnos a todo lo que nos da la vida.
- Tu mayor fortaleza…tu pensamiento
Aquí no hay término medio. O tú dominas tu mente o tu mente te domina a ti. Recuerda que tu pensamiento es poderoso y que está directamente relacionado con tu forma de sentir y actuar. Si quieres tener fortaleza en general, empieza por dirigir tu mente. Y recuerda, una actitud brillante ante la vida requiere de un juego interior brillante.
- Integrar el error
El error forma parte de la vida, sin más. Y no verlo de esta manera nos lleva a no entenderlo cuando ocurre. Ane el error la receta es sencilla, autocompasión. Esto no incluye una actitud pasota. Supone ser respetuoso contigo. Analizar, corregir, reparar el daño, tomar decisiones y actuar. Nada más.
- Con confianza o sin ella
Pensamos de manera equivocada que las personas emprendedoras, las valientes, las que se atreven, lo hacen cargadas de confianza. Y este es un sesgo cognitivo que nos lleva a juzgar a este tipo de personas a las que admiramos con una serie de valores o competencias de las que a veces carecen.
La diferencia radica en que estas personas actúan, con seguridad o sin ella. No la sobrevaloran como algo indispensable para empezar a actuar.
Y recuerda lo que decía uno de los padres de la psicología, William James, que uno de los “mayores descubrimiento de su generación es que un ser humano puede alterar su vida al alterar sus actitudes”. Y para poder entrenar la actitud, tenemos que sentirnos fuertes, capaces, seguros.
También afirmó que “para cambiar la vida: comienza inmediatamente. Hazlo ostentosamente.”
- Toma decisiones a pesar de la duda
Para tomar decisiones recuerda estos pasos:
- Escribe las alternativas.
- Pondera las ventajas y desventajas.
- ¿Qué te dice tu intuición?
- No tomes decisiones temerarias.
- Siempre hay una pérdida.
- Ponte una fecha límite.
- Acepta el error desde el inicio.
- No hay milagros. Los que toman decisiones pasan por los mismos pasos.
- No sobrevalores sentirte seguro.
- Pasa de la lista a la acción
Para pasar a la acción
– Piensa en el primer paso. Una vez escrito tu plan, tu lista, ¿qué tienes que hacer?
– Ponle hora y fecha
– Facilítate todo lo que puedas alrededor
– No, no hay plan B. No permitas que tu cerebro fantasee con otra alternativa más cómoda.
– ¿Qué emoción te limita? ¿Qué podrías hacer para cambiar tu estado emocional?
- Gestionar emociones
En lo tocante a emociones…
No a…
❌Desahogarte gritando
❌Tocar el claxon como loco
❌Fumar más
❌Beber más alcohol
❌Comer de manera compulsiva
❌Aislarte y dejar de compartir cómo te sientes
❌Ir corriendo a todos sitios
❌Robarle horas al sueño
❌Gritar, dar voces, estar irascibles
Sí a…
✅Relajación muscular
✅Bajar el ritmo
✅Reír más
✅Hacer ejercicio
✅Estar con amigos y compartir
✅Enfocarte en lo que suma
✅Esperar cosas buenas
✅Bieninterpretar
✅Meditar
Cuida de tus emociones. Cuidar de tus emociones supone cuidar de ti. Porque tú eres emoción, en estado puro.
Empieza a pensar qué necesitas en este momento: tiempo, rutina de belleza, deporte, hablar con alguien, comer mejor, trabajar menos, cuidar de tus plantas, prestar más atención, vivir más serena…
- ¿Qué estás esperando de ti?
Las expectativas que ponemos en nosotros condicionan nuestro objetivo, nuestra seguridad…hasta la implicación que tenemos.
Todos tenemos fortaleza emocional y mental, solo que unos más o menos entrenada que otros. Con estos consejos prácticos tú puedes ahora empezar a ejercitarla.
Libro recomendado: En Cambio, de Stanislao Bachrach, ed. Conecta