De forma no consciente, repetimos modelos equivocados de educación. El ritmo de vida, las responsabilidades, la falta de tiempo y equilibrio, nos llevan muchas veces a gritar, a ser impacientes con los hijos, a repetir modelos educativos que incluso nosotros rechazamos.
Mantener la serenidad, el diálogo y la disciplina positiva facilita la relación con ellos sin perder la educación en valores y los límites. Los límites son importantísimos. La combinación entre ausencia de límites, conducta impulsiva y falta de valores lleva a nuestros hijos a comportarse de forma egoísta. Personas que lo quieren todo y lo que quieren ya.
Necesitan aprender a sentirse seguros, saber esperar, ser empáticos, negociar, expresar lo que sienten y hacerse respetar en cualquier grupo. El taller tiene la finalidad de dotar de información y herramientas prácticas a los padres.